Para garantizar el máximo aprendizaje y aprovechamiento del tiempo en el niño debemos establecer una organización del tiempo muy meticulosa, aunque con capacidad de modificarla en todo momento.
La organización del tiempo es algo más que un horario, es un proceso de construcción personal de los niños y niñas. Esta organización del tiempo se llevará a cabo durante la Jornada escolar, es decir, la distribución en secuencias temporales de las diferentes actividades que se realizan en los distintos días de la semana.
Al cabo de la jornada escolar tiene que haber tiempo para todo y para todos y respetar los ritmos de aprendizaje y necesidades infantiles. Para organizar de manera adecuada estableceremos rutinas y hábitos, que permiten entre otras; conocer las tareas que hay que hacer en cada momento, saber anticiparse a lo que viene a continuación, proporcionar seguridad al saber lo que tienen que hacer en cada momento y desarrollar la autonomía en loso niños y niñas.
Con la elaboración de rutinas pretendemos desencadenar el surgimiento de hábitos, es decir, modos de actuar que adquirimos y/o aprendemos con la intención de satisfacer nuestras rutinas. Como por ejemplo:
- La rutina de tiempo de juego, con el hábito de compartir con los compañeros.
- La rutina de nos preparamos para la asamblea, con el hábito de escuchar a nuestros compañeros y a la profesora.
- La rutina de momento de recoger, con el hábito de recoger los juguetes.
- La rutina de momento de limpiarnos, con el hábito de lavarnos la cara y las manos.
A partir de todas las rutinas y hábitos desarrollados podremos comenzar a implantar normas, pautas y límites.
La jornada escolar en educación infantil da la posibilidad de romper con la rigidez y la inflexibilidad de otras etapas educativas, también compagina la estabilidad necesaria en rutinas para así ordenar la vida en la escuela y en el aula. Todos los niños deben tener tiempo durante la jornada escolar para comenzar y acabar todo lo que empieza, para trabajar en grupo, en pareja e individualmente, para realizar actividades y juegos espontáneos y más específicos y planificados.
Deben ser un tiempo flexible que combine
tiempos de actividades de descanso con tiempos de actividades de atención,
actividades libres y espontáneas. Con momentos para explorar, aprender,
crecer y desarrollarse de acuerdo a las características y ritmos personales, también con momentos también para decidir que
hacer…
Gracias al horario escolar día a día se organizarán las actividades, juegos y procedimientos que los niños y niñas podrán tener la capacidad de realizar cada día.
Todo pensado para el máximo disfrute y desarrollo del niño.
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